El estudio de los restos de la joven indica que nació hace unos 3400 años en la Selva Negra y que recorrió el norte de Europa. ¡Pero lo curioso es su sensual prenda!
La Guerra de Troya marcó al mundo griego, en tiempos de la Edad de Bronce. Pero mientras los héroes se mataban frente a Ilión, en el norte de Europa las mujeres llevaban una vida llena de viajes y sobresaltos. Así lo demuestra la llamada “chica de Egtved” (una región que pertenece a lo que hoy es Dinamarca), cuyo estudio dice mucho de cómo era la vida hace miles de años. Lo más sorpresivo es la moderna ropa que vestía, sobre todo la minifalda hecha de trenzas y la blusa que dejaba la cintura al aire. Casi como una chica de hoy.
Los restos de la sacerdotisa se conservan en el Museo Nacional de Dinamarca; fue hallada en un sarcófago de roble, y se sabe que tenía entre 16 y 18 años cuando murió. Se hallaron restos del pelo, dientes y uñas, y el hallazgo cambió algunas de las ideas preconcebidas que se mantenían sobre la Edad de Bronce en el norte europeo. El análisis de los isótopos de estroncio, realizado por un equipo de científicos multidisciplinar, revela mucho sobre la vida de las mujeres en aquella época. La alimentación durante sus múltiples viajes ha dejado huellas en los tejidos que demuestran por dónde anduvo la muchacha. ¡Años de peregrinaje!
Para empezar, su vestimenta no se hizo con lana local, sino con materias primas de diferentes zonas, incluyendo Alemania, Dinamarca y Gran Bretaña. La joven llevaba un cinturón con un disco de bronce decorado que simboliza el sol, de ahí se descifró su rol como sacerdotisa de cultos solares. Enterrada en Egtved, en el centro de Dinamarca, los restos dentales de un molar muestran niveles de estroncio compatibles con la zona de la Selva Negra, en la zona del sur de la actual Alemania.
Los restos han permitido recuperar 28 millones de secuencias de ADN que serán analizados para tratar de asociarlos con personas actuales. Además de sus ropas perfectamente conservadas, la muchacha fue cubierta con una piel de vaca y llevaba pulseras de bronce. Entre los objetos hallados junto a su cuerpo había cerveza de trigo, miel, mirto y arándanos. Y así la ciencia, una vez más, nos ayuda a entender el pasado lejano, y darnos cuenta de que ellos no eran tan diferentes a nosotros. ¡Si hasta usaban ropa sexy!