Una excavación en el emblemático parlamento británico reveló la presencia de una construcción previa de la cual emerge el campanario original, que parece albergar cientos de secretos medievales.
El Big Ben, postal de Londres, tuvo un antecesor no menos importante: el Great Tom. Y ahora, gracias a una excavación, ese padre arquitectónico medieval puede resurgir. Un equipo de arqueólogos comenzó a explorar los cimientos del Palacio de Westminster y así pudieron estudiar lo que queda de la torre original, que data de 1367, durante el reinado de Eduardo I. El Big Ben, por su parte, emergió en 1859 y su nombre oficial es Torre Elizabeth.
El permiso oficial llegó para explorar el sitio histórico, con la finalidad de “determinar aspecto y ubicación del antiguo palacio”, y en particular del sucesor de la actual torre, cuyo nombre oficial era Great Edward pero a la que todos llamaban coloquialmente Great Tom. El secreto estaba donde actualmente está el estacionamiento subterráneo para parlamentarios, en New Palace Yard. Esta es la primera investigación arqueológica de la zona desde 1970, cuando se construyó el estacionamiento.
Simon Thurley, ex integrante del National Heritage inglés, dijo que los descubrimientos abren “posibilidades apasionantes”, como el hallazgo de las bases de una gran fuente medieval o los cimientos de la torre original, sobre los cuales había inmensos pilares de roble revestidos en tiza, a la manera antigua de construcción en la región. En el antiguo palacio había además una zona residencial (ubicada donde hoy queja la Casa de los Lords). “Si encontramos la torre podremos recrear con exactitud el viejo palacio”, explica Thurley.
La exploración podría revelar además información previa en el tiempo, llegando hasta los pobladores prehistóricos de la zona. “Se encontró evidencia que data desde tiempos de los romanos aquí, y sería interesante encontrar pruebas de la ocupación de los Sajones y Normandos en Westminster”, detalla el arqueólogo. Y, de paso, se busca confirmar el rumor que dice que el Big Ben está inclinado, lo cual eventualmente podría generar su derrumbe.
Sea como fuera, un pedazo de historia británica revela sus secretos, su pasado y sus antepasados. ¿No es fascinante que el pasado vuelva así, recreado de la mano de la arqueología?